La capacitación informal se caracteriza por su espontaneidad, flexibilidad y arraigo en la experiencia cotidiana del trabajo. A diferencia de la capacitación formal, no sigue una estructura rígida ni otorga certificados, pero cumple un rol esencial en el aprendizaje continuo dentro de las organizaciones. Fomenta el aprendizaje autónomo y experiencial a través de la interacción social y el entorno laboral.
La capacitación informal ocurre en el día a día, a través de interacciones entre colegas, observación, ensayo y error, mentoria autoaprendizaje y exploración de nuevas tecnologías. Promueve una cultura de aprendizaje permanente que estimula la adaptabilidad y la innovación. No requiere de espacios físicos específicos ni horarios establecidos, lo que permite que se integre de manera natural en la jornada laboral.
Metodologías prácticas comunes:
- Mentoría y coaching espontáneo: Acompañamiento de empleados más experimentados a colaboradores nuevos o en desarrollo.
- Comunidades de práctica: Espacios donde los empleados comparten buenas prácticas, aprendizajes y soluciones.
- Aprendizaje social: Conversaciones informales, redes sociales internas, wikis corporativos.
- Autoformación: Acceso libre a recursos en línea como videos, artículos, tutoriales o plataformas educativas.
- Feedback entre pares: Retroalimentación constante en entornos colaborativos.
Recomendaciones para ser aplicado en una organización
- Fomentar una cultura de colaboración y aprendizaje compartido.
- Facilitar espacios de intercambio informal como “cafés del conocimiento”.
- Reconocer el aprendizaje adquirido por medios informales.
- Promover el uso de tecnologías de comunicación internas para el aprendizaje social.
- Evaluar la eficacia de la capacitación informal mediante observación y resultados de desempeño.
Conclusiones
Aunque no es certificada, la capacitación informal complementa eficazmente la formación formal. Es clave en entornos cambiantes y promueve el desarrollo ágil de capacidades, mejorando el clima organizacional y la resolución de problemas cotidianos. Además, incrementa la motivación al permitir que cada individuo aprenda según su ritmo, intereses y estilo personal.
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Bibliografía
- Marsick, V., & Watkins, K. (2001). Informal and Incidental Learning in the Workplace. Routledge. Eraut, M. (2004). Informal learning in the workplace. Studies in Continuing Education, 26(2), 247–273.