Una cooperativa de campesinos en Boyacá llevaba más de tres años cultivando papa y cebolla con pérdidas constantes. Los precios del mercado eran inestables y no había control de costos.
Algunas de las problemáticas encontradas en la consultoría fueron:
Falta de visión comercial, ausencia de alianzas y poca diversificación.
Como alternas de solución se introdujo un plan de agroemprendimiento asociativo, diversificando cultivos con hortalizas de rápido ciclo y creando alianzas con restaurantes locales. Adicionalmente se implementó un sistema de control de costos en una libreta comunitaria y capacitaciones sobre valor agregado (empaque y presentación).
En un año, lograron estabilizar los ingresos, reducir costos en un 25%, y aumentar la productividad por hectárea en un 30%.
Para está cooperativa el aprendizaje que quedo fue:
El cambio comienza cuando la comunidad deja de verse como sobreviviente y empieza a actuar como empresa.
Dato curioso: En América Latina, los proyectos rurales con enfoque asociativo tienen un 35% más de sostenibilidad que los individuales (FAO, 2022).
